Mi blog es mi casa. El algoritmo lo impongo yo. Soy yo.
Y se llama «escribo sobre lo que me apetece escribir».
Hacemos demasiadas cosas para que les gusten a los demás y demasiadas pocas para que nos gusten a nosotros mismos.
Las redes sociales se han comido la originalidad.
Han creado una puerta de acceso estrecha por la que sólo cabes si te agachas y te pones de perfil para pasar.
Haz un gancho.
Haz algo con las manos mientras hablas para hipnotizar.
Di algo que nadie espera.
Mantén la tensión.
Bla.
Bla.
Bla.
Y si no, no sales.
Si ese es el acuerdo, prefiero no salir.
Prefiero mi blog. Y mis libros.
1/1000
FUERZA Y PAZ.
Pd: Hablando de mis libros y, por si aún no lo has leído, son estos:
«Nunca renuncies a ser feliz» y «Las 48 reglas de la disciplina«.