No creo que un padre pueda mejorar mucho más la vida de un hijo de lo que se la puede empeorar.
Esta es una de las pocas verdades que tengo por seguras en lo referente a la paternidad.
Hay mucho más por estropear que por mejorar.
«Con no la cagues demasiado ya se te podrá llamar buen padre«, me dijo alguien antes de tener mi primer hijo. Fue un buen consejo.
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Joan Gallardo.
FUERZA Y PAZ.