Los cambios grandes y buenos son lentos.
Sin paciencia, nunca llegarán.
Hay que ser paciente para ahorrar.
Hay que ser paciente para ponerse en forma.
Hay que ser paciente para llegar a ser culto y leído.
Hay que ser paciente para convertirse en un experto en cualquier disciplina.
Hay que ser paciente para aprender un idioma.
¿Te gustaría, por ejemplo, tener dinero, estar en forma, ser una persona culta y leída, ser un experto y hablar idiomas? Hazte amigo de la paciencia entonces.