Decía Aristóteles que lo que todavía no es, puede ser, pero nada de lo que no puede ser llega a ser.
Cuántos imposibles deseados he visto llegar… cuántos imposibles no deseados llegaron también.
No vale la pena hacer predicciones.
Sigo vivo y en pie. Amando.
Preparado para lo imposible. Porque echando la vista atrás veo y te digo que lo imposible se hace posible, por imposible que parezca, con mucha frecuencia.
La vida ya me ha dado cosas que pensé no poder disfrutar. No me importa nada más que seguir libre y abierto en canal ante la vida. Ante imposibles con el mentón levantado.
VAMOS.
PAZ.