Conversación real con una clienta:
—Joan, le quiero mucho pero me quita toda mi paz…
—Pues tenemos un problemón.
—¿Lo podremos arreglar?
—No lo sé, pero sí sé que no se puede estar con quien te arrebata la paz.
—¿Aunque le quieras mucho?
—Sí. Quizá ahí esté el mismísimo problema… puede que tú le quieras mejor o que le quieras en otro idioma…
—¿Qué quieres decir, Joan?
—¿Por qué no ibas a traer paz a la vida de la persona que amas? ¿Por qué no lo hace él?
—No lo sé Joan, ¿tú qué dirías?
—Pues que, en algún punto, está atendiendo más a su miedo que al amor. Y eso, al fin y al cabo, es una elección que él toma. Mientras no se rinda al amor… no tendrá paz él y no podrá darte paz a ti.
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