La paternidad es una cuestión de generosidad, fortaleza, paciencia, constancia, protección, entrega y amor. Mucho amor.
Sin alguna de estas virtudes la paternidad se hace cuesta arriba para acabar precipitándose por un lento barranco que arrastra padres, madres, matrimonios y, en el peor de los casos, a los mismísimos hijos.
Con el inicio de la paternidad debería dar comienzo a su vez el entrenamiento y mejoría de los padres.
SUSCRÍBETE AQUÍ A MI NUEVA NEWSLETTER
FUERZA Y PAZ.
Joan Gallardo.