Tienes que intentar vivir la vida que CREES que deberías vivir.
Y puede que, cuando lo consigas, no te llene.
Pero pese a esa posibilidad, debes intentarlo.
Porque esa llamada hay que atenderla.
Para acertar o para desechar.
No sabemos tanto como para estar completamente seguros de lo que hacemos.
Pero tenemos intuiciones, corazonadas. Y no se pueden acallar. Sólo explorar. Averiguar. Superar.
Realmente no puedes vivir una vida pensando en que deberías estar viviendo otra.
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