Si no proyectas confianza, no te compran.
Así de fácil.
Tú y tu producto o servicio sois lo mismo.
Si no eres de fiar, si no hueles a honestidad y responsabilidad, estás muerto como emprendedor.
Tenlo siempre en cuenta: tu reputación como emprendedor no lo es todo pero sin ella no eres nada.
SUSCRÍBETE AQUÍ A MI NUEVA NEWSLETTER
FUERZA Y PAZ.
Joan Gallardo.