Hace unos días terminé de leer La jornada del muerto, de Larry McMurtry. Un western.
Y madre mía, qué maravilla.
¿Por qué un western?, te preguntarás, ya que es un género del que no he leído más de 15 o 20 obras hasta la fecha.
Pues porque me gusta leer cosas que normalmente no leería.
Y lo mismo hago con la música, con el cine e incluso con la pintura.
Hay que hacer incursiones en lo desconocido y poco habitual, no sea que te estés perdiendo cosas que puedan estar hechas para ti.
Encontré a mi grupo musical favorito, Interpol, en una época en la que sólo escuchaba rap.
Encontré a mi pintor favorito, Alfons Mucha, en una época en la que sólo dibujaba comics.
Encontré a mi escritor favorito, David Foster Wallace, en una época en la que sólo leía ensayos filosóficos.
Como se suele decir: «uno nunca sabe lo que le espera».
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FUERZA Y PAZ.