Sin autoconfianza, la vida pesa demasiado.
La carga del Ser existe para todos, pero es más liviana para el que sabe que se tiene a sí mismo.
La autoconfianza ensancha la espalda.
Curte la piel y la hace más gruesa.
Más resistente.
Más preparada para el cambio, la incertidumbre, el fracaso y el error.
El día de mañana necesita de valentía.
Para que pueda aparecer la ilusión. Las ganas.
Y si esto sucede, la carga del ser quizá nos roce, pero no lacerará.
FUERZA Y PAZ.
Y AUTOCONFIANZA.