Lo que invalida los juicios que emites invalida los que recibes.
Los juicios que lanzas no tienen fundamento pues es mucho más lo que desconoces que lo que conoces. Y como tú, todos.
Entonces, cuando alguien te juzgue, recuerda: NO SABEN LO SUFICIENTE NI SOBRE LOS HECHOS QUE TE IMPLICAN NI SOBRE TI.
Por lo tanto, los juicios que recibes valen menos que nada. No te los tomes personalmente tan siquiera.
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