Se entrena demasiado sin ganas de entrenar.
Se dice demasiado «te quiero» con más ganas de partir que de amar.
Se come mucho más de lo que se puede ingerir.
Se bebe demasiado sin sed.
Se camina demasiado poco para las ganas de cambiar que observo.
Se habla demasiado para lo poco que tienen que decir.
Se arreglan demasiado para los pocos ojos que miran.
Se piensa demasiado para lo poco que se siente.
Tengo demasiada esperanza para las pocas pruebas que encuentro.
Pero ya son demasiadas las pruebas que encuentro para la nula esperanza que llegué a tener.
Me voy a vivir a un extremo. Allá por lo alto.
www.coachingcavernicola.com