Haz que no te quede otro remedio que confiar en ti.
Que te resulte imposible no hacerlo.
Que cuando mires un poco hacia atrás, te digas:
«Es que me lo tengo más que ganado».
Y, si al mirar hacia atrás, no tienes nada en lo que apoyarte, empieza a ganártelo desde ya.
¿Cómo? Haciendo hoy algo bueno por ti.
Por tu vida. Por tu futuro. Por tu felicidad.
Por tu paz.
Y mañana otra vez. Y pasado, otra.
Y así, todos los días.
Hasta el final.
FUERZA Y PAZ.
Y AUTOCONFIANZA.