Esperanza → Resistencia → Fortaleza → Esperanza.
Esta es la ecuación que encontré.
Casi sin querer.
«¿Qué pasaría si viviese con esperanza?».
No tenía nada que perder.
Nada me impedía descubrirlo.
La esperanza me ayudó a ser más paciente.
La paciencia me hizo más resistente.
Mi resistencia me hizo soportar mejor los malos momentos.
Aguantar en pie esos malos momentos me hizo más fuerte.
Y así, al observar mi fortaleza, vi doblarse mi esperanza.
FUERZA Y PAZ.
Y ESPERANZA.