Otro aspecto del dolor emocional que forma parte intrínseca de la mente egoísta es una profunda sensación de falta de totalidad o de carencia, de no estar completo. En algunas personas esta sensación es consciente; en otras, inconsciente. Si es consciente, se manifiesta como un sentimiento constante e inquietante de no ser lo suficientemente bueno, de no merecer la pena. Si es inconsciente, sólo se sentirá indirectamente como un intenso deseo, ansia y necesidad. En cualquier caso, la persona a menudo entrará en una búsqueda compulsiva de gratificación para el ego y de cosas con las que identificarse para llenar el agujero que siente dentro. Así, tratará de conseguir posesiones, dinero, éxito, poder, reconocimiento o una relación especial para sentirse mejor consigo misma, para sentirse más completa. Pero aunque consiga todo esto, esa persona pronto se dará cuenta de que el agujero sigue estando allí, de que no tiene fondo. Entonces tiene un verdadero problema, porque ya no puede seguir engañándose. Bueno, sí que puede, y de hecho lo hará, pero le resultara más difícil cada vez.
