«No se trata de tener lo que hay que tener, sino de decidirse a luchar por conseguirlo.
Por supuesto que es difícil superar la educación (y el lavado de cerebro) de toda una vida. Habrá que crear nuevas costumbres, y las nuevas expectativas que van con ellas. Pero lo sorprendente es que, por primera vez en la historia documentada, tu lugar de nacimiento o tu ADN no tienen tanta importancia; la economía de la conexión está esperando a que des un paso adelante, con tu resistencia como único obstáculo.»