Llevo un par de años recibiendo con mucha frecuencia el mismo correo:
«Pierdo mucho tiempo, no puedo dejar de mirar series. Me engancho a una, me la pongo por la noche, me quedo mirando un episodio tras otro, no puedo parar y pierdo horas de sueño… y cuando la termino me prometo a mí mismo que pararé unas cuantas semanas antes de ver otra pero… al día siguiente empiezo una nueva serie. Estoy enganchado. ¿Tienes algún consejo?»
Me parece que el asunto da para preocuparse.
¿Quiero decir que ver series es malo? No. No hay que llevarlo todo a ese extremo de bueno o malo y menos aún cuando tenemos a nuestra disposición el bello y viejo término medio. Eso que gusta a tan pocas personas hoy en día.
Lo que quiero decir es que hay que darle importancia a esta problemática. Y tomar alguna medida.
«Es que es tan buena que no puedo parar», me suelen decir.
A mí eso me suena parecido a lo que dicen algunas personas con adicciones…
¿Mi consejo cuál es?, te estarás preguntando.
Que tengas claro cuántos días a la semana quieres ver series y cuántos capítulos quieres ver. Y de ahí no pases. Si crees que esa medida es buena para ti, dale. Pero ni una pizca más. Y si no puedes parar, no empieces. Si hace falta da de baja el Netflix, PrimeVideo o lo que sea.
Pero antes de tomar una decisión drástica, haz un esfuerzo y disciplínate. Sería una pena quedarte sin ver series (hay algunas muy buenas) sólo porque no sabes controlarte.
Ya sabes: Haz lo que es debido, te cueste o no, te guste o no, te apetezca o no.
30/1000
FUERZA Y PAZ.
Pd: Por cierto, eso último es uno de los lemas de mi nuevo libro «Las 48 reglas de la disciplina». Puedes comprarlo AQUÍ.