Buenos días tribu!
Hoy os cuento lo que pienso sobre esas situaciones que parecen pruebas de vida de las que no podemos escapar.
Esos episodios de nuestra vida donde lo más lógico sería enfriar la situación a base de tiempo y distancia pero que, por un motivo u otro, no es posible hacer ni una cosa ni la otra.
Entonces, la mayoría opta por patalear, quejarse, gimotear y hundirse pensando en la tremenda injusticia que tienen que vivir.
Unos pocos, entre los que quieres estar sin ninguna duda, pasan a través de (no por encima) del dolor, la rabia, la pena y la vergüenza con fortaleza y valentía aceptando e incluso AGRADECIENDO la prueba brutal de vida que se les está ofreciendo.