Aquellos que partieron me recuerdan que puedo partir pronto yo también.
Aquellos que perdieron la vida y el tiempo me regalaron la sabiduría de la perspectiva.
Aquellos que marcharon me piden que viva fuerte. Ellos me dicen lo que es importante y lo que no.
Ellos son los que hoy dicen «¿y te preocupas de esto? Aún sigues en pie y tu pecho sigue moviéndose».
Perdimos hasta su voz pero los escucho cada día. Al menos lo procuro. Necio sería si lanzara a las sombras su regalo. Su punzantemente bello presente. El que vive en mi presente.
Gracias.
PAZ.