El miedo tiene que sacarse a la luz.
Porque un miedo en la sombra es inmortal.
Tienes que hablarte de tus miedos. Conocerlos. Especificarlos. Hacerte un experto. Sólo así tendrás una oportunidad para trabajarlos y, al final, vencerlos.
Y sólo los puedes vencer cuando descubres el precio que se paga al darles la espalda, que siempre es mayor que el precio que se paga por aceptarlos y afrontarlos.
Quien teme comer muere de inanición.
Piénsalo.
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