Yo no intento estar a la altura de lo que esperan mis hijos de mí por miedo a las repercusiones negativas que esto pueda tener en mi vida. Intento estar a la altura porque los amo con todo mi corazón.
Pues mi relación con Dios es igual.
No intento estar a la altura de lo que espera Dios de mí por miedo al infierno sino por amor.
Quien sigue y acata a Dios por miedo está siguiendo a un Dios que NO existe.
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