Si la verdad duele, prefiero el dolor a la mentira.
Porque sí, puede que la verdad duela… pero la mentira asesina.
Pues no hay vida sin verdad.
Los peores dolores de mi vida llegaron por preferir la mentira.
Por mirar hacia otro lado.
Si mi vida estuvo a punto de largarse por el sumidero fue por no aceptar el dolor de la verdad.
Yo llegué a oler el infierno y no huele a azufre sino a mentiras.
FUERZA Y PAZ.
Joan Gallardo.