La pareja que no sabe llegar a acuerdos está condenada a romperse.
La derrota de mi mujer es mi derrota. Y la mía es la suya.
O ganamos los dos o no gana nadie.
Yo cedo, tú cedes. Por ti y por mí. Por lo que somos juntos.
Negociamos, salimos del camino para encontrar uno por donde ir, felices, los dos.