El impaciente es más torpe.
Va demasiado rápido como para ver lo que está pasando.
Demasiado rápido como para ver lo que está haciendo.
Demasiado rápido como para detenerse a analizar ambas cosas.
Demasiado rápido como para darse cuenta de que va demasiado rápido.
SUSCRÍBETE AQUÍ A MI NUEVA NEWSLETTER
FUERZA Y PAZ.
Joan Gallardo.
Relacionado...