No dejes que nadie decida nunca por ti.
Necesitas responder por tus derrotas.
Y congratularte por tus victorias.
Si me equivoco por algo que me han aconsejado hacer, les culparé a ellos.
Si acierto por algo que me han aconsejado hacer, les daré el mérito a ellos.
Puedes preguntar, asesorarte, informarte, pedir consejo y consultar tus asuntos.
Pero la última palabra, la carga de la decisión y el peso de sus consecuencias debe ser 100% tuyo.
Hay una enorme cantidad de autoconfianza que emana de la responsabilidad.
Elude tu responsabilidad y la autoconfianza te eludirá a ti.
FUERZA Y PAZ.
Y AUTOCONFIANZA.