Todos cometemos errores.
Pero no todos reflexionamos sobre ello.
Por eso algunos sacan oro de los errores y otros no sacan nada más que miseria.
Quizá sea la vergüenza por haberlos cometido.
Quizá sea el haberlos cometido deliberada y culposamente.
La cuestión es que sólo avanza con seguridad quien se aprende el camino.
Quien en caso de perderse sabe volver atrás. Recalcular e iterar.
Fallo, retrocedo, reflexiono, recalculo y lo vuelvo a intentar. Avanzar.
No hay otra. Todos los otros caminos son excursiones al abismo.
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