Vaya, ese es uno de los peores miedos que hay. El miedo al miedo.
Como tener miedo cuando llueve pero también cuando hace sol por si se pone a llover.
Haya nubes o no.
Es, pues, uno de los peores porque sucede cuando no hay, aparentemente, nada que temer.
Temes llegar a temer. Te da miedo la aparición del miedo.
Entonces te quedas así:
- Tengo miedo cuando es razonable tenerlo.
- Tengo miedo también cuando no es razonable tenerlo.
Entonces la ecuación final es esta: VIDA = MIEDO = VIDA.
Así es muy difícil medrar, prosperar, progresar, crecer.
No pienses que te vas a librar para siempre del miedo. Eso puede que no suceda jamás.
A cambio empieza a pensar en qué puedes hacer cuando este aparezca.
El cambio de perspectiva (y de actitud) es total.
Te inclinarás hacia la acción cuando llegue el momento.
Y será todo diferente porque el miedo se disipa entre la acción.
No recurras al pesimismo ni tampoco al optimismo. No te digas cosas como «seguro que todo va a ir bien y no tengo que volver a sentir ese terror, ansiedad y angustia dentro» ni otras como «a partir de aquí, las cosas irán siempre a peor, me da pánico el futuro con razón«.
Mejor cámbialo por algo así: «No es posible que todo vaya a salir siempre bien, pero tampoco todo irá mal todo el tiempo. Tengo que aprender a disfrutar de los momentos sin problemas. Y también tengo que prepararme mentalmente para actuar cuando mis miedos aparezcan de forma inevitable. Si estoy preparado y los encaro, se irán debilitando«.