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En resumen, emprender NO ES FÁCIL.

Crear de la nada un producto o un servicio y que otras personas consideren darte dinero por ello es complicado, difícil, costoso, lento y duro. Punto.

Además hay que asumir una cantidad de riesgo importante.
El emprendedor, si quiere tener éxito, tendrá que entregar su esfuerzo, su creatividad, su tiempo, su dinero y una dosis enorme de frustración e incertidumbre.

Pese a ello, emprender es la hostia.
Y más si estás hecho para ello.

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FUERZA Y PAZ.
Joan Gallardo.

Un emprendedor sin arrojo solo es un auto-empleado.

Es la osadía, la intrepidez lo que marca la diferencia.
La unión entre una buena idea y su ejecución. Hacer desaparecer la distancia que los separa.
Porque ideas tenemos todos pero cojones para ejecutarlas, solo unos pocos.

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Joan Gallardo.

Hagas lo que hagas, conviértete en un superexperto.

Que sea muy difícil encontrar a alguien que sepa más que tú sobre tu negocio.
Te prometo que no es tan difícil convertirse en uno de los 20 mejores expertos en prácticamente cualquier campo.

Y ten claro que cuanto más sepas sobre algo más probable será que puedas convertirlo en un negocio rentable.

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Joan Gallardo.

Si no proyectas confianza, no te compran.
Así de fácil.

Tú y tu producto o servicio sois lo mismo.
Si no eres de fiar, si no hueles a honestidad y responsabilidad, estás muerto como emprendedor.

Tenlo siempre en cuenta: tu reputación como emprendedor no lo es todo pero sin ella no eres nada.

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Joan Gallardo.

 

 

Tu negocio, en resumen, es tú resolviendo un problema a un cliente.
Punto.

Si resuelves un problema que tiene bastante gente lo bastante bien, tienes un negocio.
Si resuelves un problema que tiene bastante gente mejor que nadie, tienes una mina de oro.

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Joan Gallardo.

Pobre de aquel emprendedor que eleva su nivel de vida ante sus primeros beneficios.

Es tan típico que aburre: fulano de tal, harto de trabajar 9 horas al día para ganar 1000 euros monta una empresa. Empieza bien y presenta unos beneficios netos mensuales de 4000 euros. Se compra un coche nuevo y se muda a un alquiler de 2000 quedando en una situación similar a la que tenía antes de emprender… pero con cosas más caras.

Para emprender hay que llevar la contabilidad de la empresa al dedillo y… también la de la casa.

No sirve de nada apagar todas las luces de la empresa si después dejamos encendidas todas las de casa.

Mantén un perfil bajo durante bastante tiempo.
No acometas cambios significativos en tu nivel de vida hasta que pasen, al menos, dos o tres años.

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Joan Gallardo.

Este consejo de hoy no es muy popular pero yo me mantengo en mis trece:
SI PUEDES, NO TENGAS SOCIOS.

No paro de ver cómo muchas personas se asocian con otras para poder montar un negocio con la única excusa del dinero.

— Joan, es que solo no me bastaba el dinero para poder montar la empresa.
— Pues haber pedido un crédito.
— Es que no quería deber nada a nadie.
— Bueno, ahora le debes la mitad del negocio a tu socio y la mitad de las decisiones, o sea, la mitad de tu libertad.

Sobre todo me estoy refiriendo a los «socios industriales», aquellos que trabajan o mandan. Los otros, los «socios capitalistas», con cuidado y cautela, pueden disparar un negocio hasta su potencial máximo. Pero aún así… ojito.

Para terminar solo añadiré lo que suelo decir a mis clientes cuando me traen alguna idea de negocio:
SI PUEDES, NO TENGAS SOCIOS Y TAMPOCO TRABAJADORES DURANTE UNOS AÑOS. HE DICHO.

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Eso de que un emprendedor debe estar pensando el 100% del tiempo es una de las tonterías más grandes que he oído jamás.

Si para que un negocio funcione hay que llegar a tal punto de obsesión (o dedicación, para que nadie se moleste) lo mejor es cerrarlo. Hoy mismo.

No puedo evitar que me venga una idea para mi negocio mientras veo una película tranquilamente en casa, pero sí puedo evitar ponerme a pensar para tener una idea para mi negocio.
LA DIFERENCIA ES CRUCIAL.

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No seas partidario de bajar el precio de tu producto/servicio.
A cambio: MEJÓRALO Y SÚBELO DE PRECIO.

Salvo en contadas excepciones, no tiene mucho sentido querer ser el más barato.
Coca-Cola no es el refresco de cola más barato pero sí el que más vende.
Nike no es la marca de ropa más barata pero dobla en ventas a la segunda, Adidas.

¿Sabes por qué la gente sigue comprándolas pues?
Porque les parece un precio justo a pagar.

Así que, haz que a tu producto o servicio se le pueda poner el precio más alto posible que a tus posibles clientes les parezca justo pagar.

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Aprende sobre marketing. Todo lo que puedas.
Y ponlo en práctica constantemente.

Un negocio depende en un grado muy alto de cuánta gente conoce de su existencia y de la primera impresión que les causa.

Una empresa notable con un gran marketing tendrá más éxito que una empresa excelente con un marketing notable.

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No se puede (o no se debe) emprender sin un colchón económico detrás.

Da igual lo buena que sea la idea que tengas para tu negocio, nadie puede atar todo lo que puede salir mal.
Y no hay emprendedor más torpe que aquel que se empieza a quedar sin dinero.

Olvida para siempre los casos-milagro. Aquellos donde un empresario ahogado por las deudas agudiza su ingenio, lanza un nuevo producto y se hace millonario.
Recuerda que casi nadie habla de sus fracasos. Por eso parece que hay más gente ganando que perdiendo aunque sabemos que eso no es así.

Ahorra cuanto puedas antes de emprender.
Te lo agradecerás.

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Un buen emprendedor jamás se apega a un servicio o producto.
Si es rentable, sigue. Si no lo es, se tira a la basura. PUNTO.

No hay que aferrarse a nuestras creaciones.
El sentimentalismo en una empresa puede terminar matándola.
Está bien que los negocios y las ideas comiencen con el corazón pero después deben ser entregados al cerebro… y a la calculadora.

Lo que no funciona no funciona, por mucho que lo ame.
Por mucho que yo lo haya creado.

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La calidad de la clientela define la calidad del emprendedor.

Malos clientes = Mal futuro.

Depura constantemente tu clientela. No puedes ser para todo el mundo ni todo el mundo puede ser para ti. Si eres de todos, no eres de nadie y pronto no habrá quien te compre nada.

El emprendedor que pisa sin riesgo no hace ruido.
Y un emprendedor… tiene que hacer ruido.

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Si algo sabe el buen emprendedor es cuándo insistir y cuándo retirarse.

Se debe desarrollar un ojo clínico que nos diga cuándo estamos ante una dificultad y cuándo ante una invitación a reconsiderar nuestra estrategia.

¿Una pista? Daré 2:

1. Cuando lo que se puede perder es mayor que lo que se puede ganar, es momento de retirarse.
2. Cuando lo que se puede perder provocaría la desaparición de un nuevo intento, es momento de retirarse.

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Joan Gallardo.

Un emprendedor tiene que entender su negocio.
Y entender su negocio significa entender al cliente.

Por eso es que digo siempre que el juego del emprendimiento es un juego de humanidades. Porque va sobre humanos.
Primero sobre humanos y después sobre productos.

El emprendedor que no es empático pronto dejará de ser emprendedor. Punto.

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Joan Gallardo.

El mayor peligro del emprendedor no es la quiebra sino el estrés, la fatiga, el agotamiento.

Y esto es así porque cuando un emprendedor se quema, da lo mismo si tiene éxito o no. Deseará, con la poca fuerza que le quede, mandarlo todo al carajo.

De modo que, sea cual sea tu proyecto y empresa, intenta no quemarte nunca.

He visto a empresarios de mucho éxito con cuentas corrientes colmadas de ceros fantasear con la idea de trabajar podando setos en un parque por mucho menos de lo que ganan en un día.

Si para tener éxito es necesario quemarse y terminar así, mejor que se lo quede otro.

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