Buenos días tribu.
El de hoy es, quizás, el capítulo más importante hasta hoy. Por lo práctico y por lo vital.
Estar tranquilo en un momento de crisis puede ser tan importante que suponga la diferencia entre salvar la vida a alguien o verlo morir en tus brazos. Y encima puede que ese alguien sea una persona tan importante para uno mismo como un hijo.
En esas me vi yo. Esa fue la puta escena que tuve que vivir hace ahora un año aproximadamente.
Mi hijo casi muere ahogado en su propio vómito y lo aprendido en su momento en la academia de policía me permitió salvarle la vida practicándole la maniobra de Heimlich.
Aprendedla por Dios. No cuesta nada, hay cursos gratuitos donde lo enseñan, o id al hospital o a urgencias y pedid que alguien os la enseñe. No os dirán que no.
Ojalá no la tengáis que usar nunca, pero si un día os pasa algo como lo que viví yo, no pararéis de dar las gracias a la vida por saber aplicar la maniobra de Heimlich.