Buenos días tribu.
Vivimos tiempos extraños. Tiempos en los que se pone en duda incluso lo que está bien y lo que está mal. Como si ya uno tuviera que dudar sobre cosas así.
Algunos dicen que ser feliz no es un objetivo del Ser. Incluso los hay que dicen que la bondad es un concepto anacrónico. Que no es importante y que el término en sí es dudoso. Vamos de cabeza a la desesperación y amargura del nihilismo radical, y encima vamos convencidos de nuestro nuevo modernismo hacia ello.
Si tu propio ser no te dice, casi instintivamente y por intuición, lo que está bien y lo que está mal es que, una de dos: o tienes un problema grave o te mientes mucho y muy habitualmente, lo cual es en sí un problema grave.
Intentar ser buena persona está pasando de moda. Algunos prefieren ser insensibles y fríos (literalmente). Pero sabemos, antes de dormir o al despertarnos, que esa no es la vía hacia la liberación y el cambio que necesita el mundo.
Una persona hace la diferencia, o mejor dicho, pensarlo hace la diferencia. Pues si todos los pensáramos, el cambio ya estaría en camino.
Haz algo. Yo lo haré. Fuertes y valientes. Tenemos el potencial y la naturaleza.
Sigamos.
Nos vemos mañana, seguro. PAZ.
