La autoconfianza pasa, sí o sí, por la autodisciplina.
Porque si algo me importa, querré disciplinarme en ello. Por ello.
Y si mi vida me importa algo, querré disciplinarme en ella. Por mí.
Si tengo un empleado que se disciplina en su trabajo, pensaré, de forma inequívoca, que éste le importa.
Que le importa la empresa y, sobre todo, que le importa su propio futuro.
Y confiaré en él. Sin miedo.
Mi confianza en él se basará en su disciplina.
Porque su disciplina denotará interés, amor, preocupación o afecto de algún tipo.
Su disciplina me dice que le importa.
Que le interesa. Que lo que pueda pasar le concierne.
Suficiente como para confiar. Y sin dudas.
FUERZA Y PAZ.
Y AUTOCONFIANZA.