Celebra cada jodida cosa buena que te suceda. Aunque parezcas un loco. Aunque te llamen idiota por ello.
El mundo necesita pequeñas unidades celebrando cosas.
Necesita cultivos de alegría para que un día todo sea verde.
Verde esperanza.
Siembra ya. Celebra ahora mismo.
Empezar un proyecto, un blog, un artículo de la Wikipedia o incluso un viaje familiar inolvidable. Empezar algo sobre todo cuando supuestamente no eres el responsable. Todos evitamos estos actos porque nos han enseñado que debemos evitarlos.
Al mismo tiempo, casi todo el mundo se cree capaz de corregir, expresar su opinión o simplemente criticar.
Eso significa que es fácil encontrar a alguien que enmiende tus erratas, Pero encontrar a alguien que diga «¡ADELANTE!» es casi imposible.
La vida se mide por la cantidad de sonrisas, risas y carcajadas emitidas y provocadas a lo largo del día. ¿Cuántas veces has sonreído hoy? ¿Has hecho reír a alguien? ¿Ha habido carcajadas como vínculo entre tú y los que te han rodeado en algún momento del día? Recuerdo que en las peores épocas de mi vida pasaba semanas sin sonreír. Y llegué a pensar que «debía ser normal» a según qué edad y contexto. Pero ahora, después de todo, sólo creo que lo imposible debería ser una vida sin sonrisas, risas y carcajadas. Y a diario.
Siempre deberíamos cambiar de vida si perdemos nuestra capacidad para sonreír. El mundo se desvanece en la ausencia de tu sonrisa.
No sólo debes perdonarte, no sólo deberías perdonar a los demás. Ahí no termina el juego. Debes tener la suficiente humildad y generosidad para pedir perdón a quien hayas herido. Y no, no sirve pedir perdón cuando sabes que te van a perdonar. Lo crucial se juega cuando vas a pedir perdón sin expectativas de recibirlo. Ese es uno de los mayores actos de perdón por realizar. El puro perdón sin deseo de recompensa. Perdón liberado de ego.
Atrévete. En el fondo no importan tanto los resultados como los actos.
En esta nueva sección de mi canal de Youtube trasladaremos la práctica de la lectura rápida por pensamientos y/o reflexiones a estos vídeos de no más de 2 minutos de duración.
Soy el primero que, aunque devoro libros (a veces varios a la vez), reconozco que el tiempo siempre es corto, valioso y privilegiado. Es por ello que en ocasiones no abres el libro porque sabes que en el poco tiempo que dispones no podrás comenzar y cerrar un círculo y lo dejas para un mejor momento.
Lo mismo pasa con los vídeos.
Ahora intentaremos cubrir ese tramo con reflexiones y pensamientos cortos pero que os dejen una vía para meditar y desarrollar ideas o caminos hacia nuevos lugares.
Como siempre, con la única pretensión de contribuir y de tocar la música que llevo dentro.
Y si no te gusta, lo siento, seguramente estos vídeos no eran para ti.
Muchas gracias.
No me importa cómo puedan ver los otros mi conducta al dar un propósito a mi vida. El conocimiento que tengo me ha sido revelado de la manera más clara y profunda. Mi propósito es dar, servir y promover la paz y la prosperidad, amar de manera total e incondicional a los demás.
Si no puedes perdonar y te duele debes encontrar la forma o el sistema para conseguirlo. Es una ecuación simple. Sabes que si perdonas te liberarás y dejarás de sufrir. Sin embargo sigues anclado en el mismo lugar. Rencor y dolor, injusto dolor. Si sabes que te vas a sentir mejor, no preguntes qué debes hacer para perdonar sino qué o quién está consiguiendo que no puedas perdonar. Acabarás apuntando a los diferentes sistemas de pensamiento del ego. Eso sí, debes apuntar sinceramente y sin concesiones. Yo ahora te pregunto: ¿Empiezas a ver qué y quién entorpece tu paz interior?
La culpabilidad está bien vista. Si te sientes culpable por algo es porque te duele haber hecho daño a alguien. Socialmente está así de aceptado y definido. Si indagamos más en ese pensamiento se puede observar fácilmente como lo que está bien visto en realidad es la auto-flagelación. Castigarte por tus propios errores levanta hacia arriba los pulgares de los que te rodean. Si te fustigas estás aprobado. Si te perdonas eres un egoísta. Socialmente está así de aceptado y definido.
Tenemos una deuda. Y es de amor.
Debemos mucho amor a esta vida pues el regalo rara vez se ha correspondido como merece.
Hay más árboles que sonrisas. Más mar que miradas y más estrellas que caricias.
Vamos perdiendo. Está desigualado y nos estamos deteniendo. Quietos porque no creemos.
Hagamos algo y empecemos a pagar con la moneda que siempre devuelve intereses: EL AMOR.
Lo que odias y el espacio que otorgas al odio sólo señala en tu contra. Cuando hablas mal de otros sólo hablas sobre ti mismo. Tu exterior e inferior posición queda clara y descubierta gracias a tu ego, envidia y miedo.
Pero bueno, para que veas que yo también odio algo te enseño mi lista:
1- Las alcaparras.
Fin de la lista.
Deja de preocuparte por lo que los demás piensan de ti. Cuando abandones ese lugar descubrirás lo falsamente seguro que te sentías en esa «normalidad«. Lo que llaman ser normal es en verdad ser uno más… como los demás. Y esos «demás» quieren sentir como tiene sentido ser como son. Cualquier persona que vaya por libre significa una amenaza para su sistema de pensamiento social y debe ser acusada, juzgada y corregida en pos de ese status quo.
Y yo te pregunto: ¿Quién puede juzgarte en verdad? ¿Ellos? ¿La sociedad? Tan siquiera tú deberías juzgarte. Tus esfuerzos deben ir encaminados a la libertad. Nada más… importa.
Tu espíritu es y siempre fue libre, sólo debes abrir la celda que tú mismo aguantas cerrada.
Por suerte todo queda REDUCIDO a la INMENSIDAD del poder del amor.
O lo amas o no.
Si lo amas tienes todo el poder del universo.
Eres fuerte, valiente, veloz, capaz, imperturbable, resistente, irrompible e infalible.
AMA TODO CUANTO HAGAS.
Y NO TE PREOCUPES POR NADA MÁS.
Todo lo que debe durar durará, todo lo que deba terminar terminará. Es inevitable. Y con esa premisa que en verdad otorga seguridad y sosiego no deberías preocuparte prácticamente por nada, o por nada en absoluto. Con esto en mente entiende, de nuevo, lo inútil que es intentar retener algo que quiere volar.
No interfieras.
No puedes motivarte para hacer algo que no amas. Puedes obligarte a hacerlo, pero poco más. Motivación y Obligación parecen sinónimos últimamente. «Debo hacer esto porque es obligatorio para conseguir aquello, pero no me gusta demasiado lo que tengo que hacer para conseguirlo. Así que tendré que motivarme». Error.
Siempre hay un camino de amor que conduce a cualquier lugar. Pues sólo el amor conoce todos los senderos verdaderos. Simplemente debes encontrar la forma de amar, de amar todo lo que haces. Justo así te desprenderás de la necesidad de estar «motivado» y descubrirás además cuan absurdo es el uso del término en sí.
No te motives para hacer cosas que no amas.
Es un placer mostraros el resumen de la Charla Cavernícola realizada el domingo día 9 de agosto en mi Centro de Entrenamiento Joan Gallardo.
En el tocamos temas tan interesantes como los miedos, el perdón, el rencor, el odio etc y os he hecho una pequeña selección de varios de los momentos más interesantes de esa preciosa velada que vivimos juntos.
Espero que os guste.
Hay dos tipos de locos. Los locos ignorantes que suelen disfrazarse de malos. Luego están los locos listos que se visten de genios. Así pudiera ser que la maldad no existiera salvo como invención de una locura empapada de ignorancia. El contrario de maldad no es bondad, es genialidad. La bondad nunca tiene contrarios ni opuestos.
En un sentido muy real, todos nosotros tenemos dos mentes, una mente que piensa y otra mente que siente, y estas dos formas fundamentales de conocimiento interactúan para construir nuestra vida mental.(…) Una de ellas es la mente racional, la modalidad de comprensión de la que solemos ser conscientes, más despierta, más pensativa, más capaz de ponderar y de reflexionar. El otro tipo de conocimiento, más impulsivo y poderoso -aunque a veces ilógico-, es la mente emocional.
La dicotomía entre lo emocional y lo racional se asemeja a la distinción popular entre «el corazón y la cabeza».
A veces hasta me pregunto si interesa que nos vayamos a dormir temprano.
De noche lo ves todo diferente de como era por la mañana.
Todo lo que tenía importancia de día se desvanece en tu mente de noche.
Empiezas a relajarte y ves como el día muere y tú te preparas para renacer mañana.
Piensas mejor. Con la tranquilidad de la quietud y la soledad momentánea.
Recibes respuestas que hacen que preguntes menos.
Respiras otro aroma, inhalas otro aire.
Te conviertes en un activista mental de noche. Por eso quizás no convenga.
De noche reencuentras tu esencia y tu ser está latente esperando iluminar.
Ilumina la noche.
Cuando la vida te resulta extraña y nada cuadra es el momento de atender con el mentón alto la llamada. Aceptar los mensajes, entenderlos, descifrarlos y actuar. A veces te das cuenta de que poco de lo que tienes te sirve para el resto del viaje. Otras descubres que nada a lo que te aferras tiene algún valor. Ahí es cuando se descubren los seres libres. Los libres dejan ir y empiezan de nuevo. Los esclavos, es decir los miedosos, se dedican a cargar con todo hasta el final. En pura heroica victimista y lamentable. ¿Y tú?
«Yo perdono pero quiero que me perdonen a mí también»
«Yo no juzgo, pero quiero que no me juzguen también»
«Yo daré, pero quiero que me den»
«Yo querré, pero quiero que me quieran igual que yo quiero»
Entérate bien: NO HAS ENTENDIDO NADA.
