¡Buenos días tribu!
Primero de todo vais a perdonarme el ruido de fondo, pero me apetecía tanto grabar un podcast entre en bullicio de la ciudad en la primera hora punta del día que no he podido resistirme a publicar este episodio más en crudo que nunca.
Además creo que vale la pena porque hablo de cómo la infelicidad de una persona puede afectar a toda la comunidad, o al menos a una parte considerable o importante de la misma.
Es casi una responsabilidad. Y sin el casi.
Espero que os guste y os haya ayudado a reconsiderar algunas actitudes.
Gracias por escucharme, hoy más que nunca.
Nos vemos mañana, seguro. PAZ.