Saltar al contenido

Mes: mayo 2025

Dos preguntas poderosas a hacerte.

Dos preguntas poderosas a hacerse son estas:

1- ¿Cuál es exactamente mi sueño?
2- ¿Cómo estoy trabajando para alcanzarlo?

Yo llevo años haciéndoselas a la gente. Y he observado los siguientes datos:

1- Poca gente tiene tan siquiera un sueño.
2- De esos, casi ninguno hace nada para alcanzarlo.

Si al final del día no has hecho nada para acercarte más a tus sueños, ¿cómo se supone que los vas a conseguir?

Te echo una mano:

1- ¿Qué sueño te gustaría lograr que tuviese un potencial enorme para mejorar tu vida?
2- Piensa en qué puedes hacer a diario para acercarte más a él.
3- Hazlo todos los días. Sin fallo.

Puedes empezar hoy.

51/1000

FUERZA Y PAZ.


Pd: Por cierto, con DISCIPLINA, los sueños son mucho más posibles. No dejes de leer mi nuevo libro «Las 48 reglas de la disciplina».

La forma más rápida de empezar a ganar dinero.

El otro día vi un vídeo corto en YouTube donde le preguntaban a un gurú de las finanzas cuál era la forma más rápida de ganar dinero.

Él dijo que lo más rápido era comprar y vender cosas que conocieses, hacer márquetin de afiliados y demás.

No voy a dudar ni un momento de la buena voluntad del experto y, quizá, le plantearon mal la pregunta pero quiero decir aquí lo siguiente, porque no es la primera vez que veo respuestas de este tipo:

LA MANERA MÁS RÁPIDA DE GANAR DINERO ES CONSIGUIENDO UN TRABAJO COMO ASALARIADO. PUNTO.

¿Puede alguien emprender, montar una empresa y ganar dinero desde el mes uno?
Sí.
¿La mayoría pueden?
NO. Sólo una minoría.

¿Puede alguien conseguir un trabajo e ingresar una nómina desde el mes uno?
Sí.
¿La mayoría pueden?
SÍ. Sin duda.

Así que, si necesitas dinero urgentemente mi consejo es que… te busques un empleo.
Y si quieres emprender, espera un poco.

50/1000

FUERZA Y PAZ.


Pd: sobre dinero y trabajo escribí largo y tendido en mi primer libro, puedes comprarlo aquí:

La vez que creí enloquecer – Extracto de «Las 48 reglas de la disciplina».

En mi nuevo libro «Las 48 reglas de la disciplina» escribí lo siguiente:

«Recuerdo que una vez, hará unos veinte años, en la tapicería familiar tuvimos que estar tres días enteros trabajando para entregar un pedido. Y cuando digo «enteros» quiero decir «enteros», tapizando también toda la noche. Se hizo porque se tenía que hacer y porque una cosa así pasaba cada muchos años, pero de haberse convertido en algo habitual, habría sido mucho mejor terminar cerrando».

Cómo me acuerdo de esas noches en la tapicería. Creí enloquecer. De verdad. De hecho, creo que el ayudante que teníamos enloqueció en la madrugada del segundo día. De repente se puso a perseguir dando saltos a una rata que sólo él vio entre las butacas que teníamos que tapizar.

Una semana después le conté «la proeza» a un amigo y éste me dijo «ostras, vaya cojones tenéis». Yo me lo quedé mirando sin decir nada porque no veía el mérito por ninguna parte. ¿Qué remedio teníamos? Tras unos segundos terminé por decirle: «si eso es tener cojones prefiero no tenerlos y a cambio no tener que hacer cosas así».

Recuerdo también decirle a mi madre esto: «¿qué hacemos tan mal para vernos en situaciones así?», y quizá esa era la clave y la lección: cuanto mejor haces las cosas, menos cuesta hacerlas y menos problemas surgen.

Por eso: cuanto más disciplinado, menos cuesta seguir siéndolo y menos proezas hay que ir haciendo.

48/1000

FUERZA Y PAZ.


 

¿Qué hago cuando sé lo que tengo que hacer, pero no tengo ganas?

Conversación real de esta semana con un cliente:

—Joan, ¿qué hago cuando sé lo que tengo que hacer, pero no tengo ganas?
—¿Por qué no tienes ganas de hacerlo?
—No lo sé, Joan.
—Lanza una hipótesis. Construiremos desde ahí.
—No sé… ¿porque me da pereza?
—¿Es así?
—Puede que sí.
—Bien. ¿Qué ganas con esa pereza?
—Quizá no tener que hacer nada. Ahorrarme el esfuerzo.
—Bien, ¿cuáles son las consecuencias de no hacer nada y ahorrarse el esfuerzo?
—¿En mi caso concreto?
—Sí.
—Uff… buena pregunta. Pues… más problemas más adelante en el tiempo.
—¿Problemas peores en cuanto a su magnitud que el esfuerzo que tienes que hacer ahora por hacer lo que tienes que hacer?
—Sí, sin duda.
—¿Son evitables esos problemas que surgirán más adelante?
—Quizá.
—¿Son evitables «sine die»?
—¿Si los podré evitar siempre?
—Exacto.
—No, Joan. En algún momento me afectarán demasiado.
—Y llegado ese momento, ¿no desearías haberlos evitado en el pasado?
—Y tanto…
—Entonces, ¿te sigue apeteciendo tan poco como antes hacer lo debido?
—No, Joan. Creo que me conviene hacer lo que tengo que hacer, aunque sea sin ganas.
—Eso es…

47/1000

FUERZA Y PAZ.


PD: Esto y mucho más, en mi nuevo libro «Las 48 reglas de la disciplina». Puedes comprarlo ahora aquí: https://amzn.eu/d/ikadipI

 

«El cansancio se respeta. La pereza, no» – Las 48 reglas de la disciplina.

«El cansancio se respeta. La pereza, no».

Esto escribí en mi nuevo libro Las 48 reglas de la disciplina.

Yo mismo uso ese principio desde hacer muchísimo tiempo.

Cuando me veo resistiéndome de una forma u otra a lo que tengo que hacer, me pregunto:
¿Estoy cansado?

Si la respuesta sincera es que sí, descanso.
Si la respuesta sincera es que no, actúo.

No hay más.

El cansancio se respeta. Se debería respetar. Nadie debería funcionar por encima de sus capacidades físicas. Pero la pereza, no. No se puede respetar. Es una palabra cuasimaldita. No debería ni pronunciarse.

Y si algo en tu vida te provoca regularmente esa pereza lo que tienes que plantearte es si merece la pena tener «ese algo» en tu vida.

¿Te da siempre pereza ir al gimnasio?
Quizá el gimnasio no sea el deporte que debieras practicar y deberías buscar otro tipo de actividad física.

Sé inteligente para poder ser disciplinado.

45/1000

FUERZA Y PAZ.


PD: Puedes conseguir mi libro aquí, no te lo pienses y comienza a poner tu vida en orden: https://amzn.eu/d/ikadipI

El arte de no hacer nada.

La semana pasada envié un reto a mis alumnos de mi Mentoría Grupal.

El reto consistía en sentarse en algún lugar con vistas al cielo, a solas, en silencio y sin teléfono durante 30 minutos seguidos.

Luego tenían que enviarme un mensaje contándome cómo les había ido.

El mensaje prototipo que recibí decía algo como esto:

«Pensaba que no podría, que me costaría horrores pero… aunque al principio sí fue difícil, a medida que pasaban los minutos me iba sintiendo mejor hasta que comencé a notar una paz increíble. Lo haré más a partir de ahora».

Precioso.

Nos cuesta desconectar y estar sin hacer nada porque pensamos que deberíamos estar «haciendo algo» pero… ¿y si no fuese así? ¿Y si dejásemos de pensar eso? ¿Y si no diésemos por válido cualquier momento del día para «hacer cosas»?

De todas las cosas que tenemos que hacer en un día, no hacer nada es la más difícil de todas ellas.

Pero quizá sea también la más necesaria.

44/1000

FUERZA Y PAZ.


Pd: Sobre el no hacer nada también hablé en mi libro «Las 48 reglas de la disciplina». Puedes comprarlo AQUÍ: https://amzn.eu/d/ikadipI

Masterclass GRATUITA: El mejor consejo posible para la pareja.

¿Cuál es el mejor consejo que podría dar sobre la pareja y el amor?

Posiblemente sea esta la pregunta sobre las relaciones que más me han preguntado a lo largo de la última década. Para responderla completamente me he decidido a grabar una masterclass revelando dicho consejo.

Puedes descargarla completamente gratis aquí al suscribirte a mi newsletter semanal:

43/1000

FUERZA Y PAZ.

Casi nadie entiende la verdadera importancia del perdón.

Uno no entiende lo importante que es el perdón hasta que lo perdona todo.

Hasta que ve volar ese peso con el que ni sabía que cargaba.

Nos acostumbramos al rencor y pensamos que no nos está haciendo daño. Nada más lejos de la realidad.

El rencor estrangula el alma. La asfixia.

Llevo más de una década ayudando a la gente a perdonar, y nunca he visto a nadie arrepentirse de haber perdonado.

¿Qué esperamos? ¿A que nos pidan perdón? ¿A que el otro se merezca que le perdonemos?
No funciona así. Si el otro pidiese perdón y se lo mereciese, lo perdonaríamos de inmediato, sin costosidad, y esta reflexión no tendría sentido.

Perdona aunque no te pidan perdón. Aunque no se lo merezcan.
Y libérate de una vez de todo rencor y resentimiento.

42/1000

FUERZA Y PAZ.


Pd: Este es un artículo original de mi newsletter semanal, no te pierdas más contenido exclusivo como este y apúntate completamente GRATIS aquí: https://joangallardo.es/newsletter/

Pensamientos sobre el error y el fracaso.

Hace justo un rato he hablado con un buen amigo sobre el fracaso.

Hablábamos sobre la moda actual que enfatiza mucho la acción, el enfrentamiento con el fracaso y el error y el posterior aprendizaje que proporciona. Cosa que es cierta pero también… peligrosa.

¿Por qué?

Porque da por hecho que el individuo puede aprender del fracaso y el error constante y ilimitadamente. Cosa que NO es cierta.

¿Por qué?

Porque hay un número limitado de errores y fracasos que podemos soportar.

Hay un número limitado de errores, por ejemplo, financieros que podemos soportar antes de arruinarnos del todo.
Hay también un número limitado de fracasos amorosos que podemos soportar antes de dejar de creer en el amor.
Y hay, por poner un ejemplo más, un número limitado de fracasos personales que podemos soportar antes de perder toda nuestra autoconfianza.

Actuar es imperativo. Pero tan imperativo como pensar debidamente antes de actuar.

Busca el equilibrio entre pensar y actuar.
No te decantes hacia uno u otro.

41/1000

FUERZA Y PAZ.


Pd: de la autoconfianza hablé largo y tendido en mi primer libro «Nunca renuncies a ser feliz». Puedes comprarlo aquí: https://amzn.to/4epTiwT

1 de mayo: día del trabajador.

El trabajo dignifica, se suele decir.

Y creo que es cierto.

Trabajo y dignidad son conceptos hermanados. En mi corazón no puedo separar el uno del otro. Todo aquel que trabaja hace un alarde de dignidad. Porque lucha, se esfuerza y se sacrifica para poder medrar en la vida. Por sí mismo, por los suyos y por la sociedad. Por el mundo.

Aún me acuerdo de la primera vez que, de niño, me enteré de que la gente trabajaba ocho o nueve horas al día. «Algunos incluso más, Juanito», me dijeron también. Me pareció increíble. Desde ese momento comencé a mirar a los trabajadores con otros ojos. Comencé a darme cuenta de los manos destrozadas de los albañiles, de los dedos seccionados de los carpinteros, del pelo cubierto de barniz de los barnizadores, de la sabiduría de los médicos, la constante dedicación de la ama de casa, de la valentía de los empresarios que daban trabajo a la gente… Eran como héroes.

Bueno, de hecho… lo son.

Feliz día del trabajador.

Trabajo & dignidad.

40/1000

FUERZA Y PAZ.


Pd: en mi primer libro «Nunca renuncies a ser feliz» dediqué muchas páginas a hablar sobre el trabajo. No te lo pierdas.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies