Saltar al contenido

Mes: octubre 2021

¿Por qué no puedo perdonarme?

La mayoría de personas que no se perdonan lo hacen porque creen no merecerlo. Es muy triste. Tan triste como severo.

Algunos otros no se perdonan porque desconfían de sí mismos. Piensan que pueden volver a cometer el error o falta por el cual no se perdonan, entonces piensan: «¿Para qué voy a perdonarme si siempre vuelvo a cagarla en lo mismo?».

Si lo piensas, los motivos por los que te cuesta perdonarte son casi idénticos por los cuales te costaría perdonar a otra persona.

Normalmente no se perdona a otra persona porque nos ha fallado varias veces o porque creemos que no se merece nuestro perdón. De esta forma, creemos mantener cierta justicia en nuestra vida y, de paso, en un trocito del mundo.

Te presto el método que yo uso con mis clientes. Es siempre el mismo y termina funcionando tarde o temprano por su pura lógica. Solo tienes que contestar unas cuestiones y reflexionar sobre todo ello. Adelante.

RESPONDE A ESTAS PREGUNTAS:

  1. ¿Tiene alguna utilidad que no te perdones? ¿Beneficia a alguien?
  2. ¿No has aprendido la lección de lo que hiciste?
  3. ¿Tienes un compromiso fuerte para no volver a cometer el mismo error que te tiene así ahora?
  4. ¿No sería tu vida y la de los tuyos mejor si te perdonaras?
  5. ¿Qué estás dispuesto a hacer para considerarte merecedor de ese autoperdón?
  6. ¿Puedes perdonarte ahora mismo y demostrarte cada día que te lo merecías?

En las respuestas a estas preguntas está el camino hacia el autoperdón.

Insiste. Vale muchísimo la pena.

FUERZA Y PAZ.

ENVÍAME TU PREGUNTA A JOANGALLARDOPT@GMAIL.COM


 

¿Por qué me cuesta tanto levantarme por la mañana?

¿Por qué crees tú?

Voy a descartar cuestiones médicas porque si me lo estás preguntando a mí doy por sentado que tú también sabes que no es por esto que te cuesta levantarte de la cama.

¿Por qué la gente puede levantarse a las cinco de la mañana para ver una carrera de fórmula 1? Porque le apetece más que dormir.

No sé si ves por dónde voy… Déjame preguntarte algunas cosas, quizá te apetezca apuntarlas en un papel y contestarlas una por una. Reflexiona después tus respuestas:

  1. ¿Tu plan matutino te resulta apetecible?
  2. ¿En qué condiciones SÍ te apetecería levantarte por la mañana?
  3. ¿Qué piensas sobre el mañana cuando te metes en la cama?
  4. ¿Y qué te gustaría pensar sobre el mañana cuando te metes en la cama?

Sé lo que se siente amigo. Yo fantaseaba con la idea de poder dormir días seguidos. Con no tener que salir de la cama en una semana. Odiaba el despertador y las 7:30h era una hora indecente para mí. Hoy y desde hace mucho tiempo, no.

Priorizo el sueño, por supuesto, busco mis ocho horas diarias. Descarto la épica en este sentido. Dormir es vital, muy importante. Pero no querer salir de la cama no es normal, o yo al menos me niego a verlo así. No quiero normalizarlo. Quisiera que todo el mundo tuviese un motivo alegre y estimulante para poder dar un salto de la cama en cuanto sonase el despertador. Con el cuerpo lleno de ganas de empezar otro día.

Querido, revisa lo que pasa fuera de tus sueños. Abre los ojos y revisa lo que hay, precisamente, cuando abres los ojos.

Y no te creas que la cama no me estira a veces pero… más me estira mi vida.

No te conformes con esto. Sigue buscando.

FUERZA Y PAZ.

ENVÍAME TU PREGUNTA A JOANGALLARDOPT@GMAIL.COM


 

¿Cómo evito PROCRASTINAR?

Esta es una de las «nuevas preguntas» de nuestra era.

Me consta que es un tema que lleva de cabeza a muchas personas. De hecho es un asunto recurrente en las sesiones con mis clientes. Tras todos estos años creo que el problema reside en la concepción y confección de la pregunta. Me explico:

Quizá no se trate de EVITAR PROCRASTINAR sino de PROCRASTINAR CON INTENCIÓN.

Debes tener en cuenta que todo el ecosistema internet está elaborado por personas que son muy buenas en lo suyo. Y «lo suyo» es precisamente que te encante estar en ese ecosistema y que vuelvas a él cada dos por tres. Que cada vez que necesites evadirte, entretenerte o desconectar de tu mundo acudas de inmediato al suyo.

Es necesario admitir que estamos en desigualdad de entrada.
Pero eso no quiere decir que no podamos vencer la batalla.
Somos David y ellos Goliat. Sin embargo todos sabemos quién ganó esa pelea.

Lo que yo he usado con mis clientes y siempre ha funcionado es lo siguiente:

  1. Darse de baja de todas las redes sociales.
  2. Planificar y programar los momentos para procrastinar.

El punto número 1 es interesante para aquellos que suelen hacerse trampas al solitario por costumbre y que procrastinarían a escondidas de ellos mismos. También es útil para aquellos que ya han pasado un par de rayas con respecto a su adicción y dependencia de las redes. Pese a lo dicho, solo he tenido que recurrir a esto un par de veces en los últimos años. Costó pero funcionó.

El punto más interesante para ti es el segundo: procrastinar con intención.

Procrastinar puede llegar a ser muy útil. Una herramienta creativa en potencia, si se usa bien. Yo mismo saco un partido tremendo de ello. Me sirve para observar las tendencias y recursos creativos de otros creadores de contenido y, sobre todo, me sirve para observar mi propio comportamiento en la red de forma que puedo entender mejor al usuario/consumidor medio. Todo esto me resulta muy provechoso para crear cada vez un contenido mejor, con más gancho.

Ahora bien, procrastinar es un problema cuando todo momento es bueno para hacerlo. Lo que no controlas termina controlándote. Por este motivo he terminado «poniéndome práctico» para poder ser resolutivo.

¿Que un cliente no puede evitar procrastinar porque en el fondo le encanta hacerlo?
Pues le dejo hacerlo, pero en un momento y duración determinado en el día. Con orden y planificación.

Cuando confeccionamos juntos su agenda de la semana intentamos descubrir en qué momentos de la jornada puede ser más efectiva una sesión de procrastinación, con una hora de comienzo y otra de finalización predeterminadas y delimitadas. Por ejemplo, quince minutos tras una serie de horas de trabajo intenso, después de comer, al finalizar la jornada de trabajo, cada vez que se tenga que ir al lavabo o en salas de espera o colas, justo antes de cenar o justo después. Lo que el cliente necesite. Si esto consigue que éste deje de procrastinar sin control a cualquier momento… me vale. Y a él también.

Tras un plazo razonable de tiempo todos mis clientes terminan encantados con esta nueva forma de funcionar. No tienen que renunciar completamente a la procrastinación pero tampoco al control de su vida.

Debes ser hábil con lo que eres, con lo que tienes y con lo que quieres.
Desde ahí, saca lo mejor que puedas.

Prueba, no tienes nada que perder. Gracias por tu pregunta. Ayudará a mucha gente.

FUERZA Y PAZ.

 

ENVÍAME TU PREGUNTA A JOANGALLARDOPT@GMAIL.COM


 

¿Qué puedo hacer para ser más feliz?

Desearlo y ya está.
Es broma.

Ahora ya en serio, desearlo o mejor dicho: decidirlo, es el primer paso. ¿Que cómo es esto? Bueno, he dicho que es el primer paso pero ni por asomo es el único.

Naval Ravikant se mostró especialmente lúcido cuando dijo que la felicidad es una decisión que tomas y luego una habilidad que desarrollas. Estoy muy de acuerdo con él. No puedo refutarlo.

Cuando una persona toma la decisión y la determinación de conseguir ser feliz, todo su sistema de acción empieza a cambiar poco a poco. Comienza a hacerse preguntas más incisivas y enfocadas. Observa su pasado de una forma más analítica y hace lo mismo con su actual vida. Buscará maneras de acercarse más a la felicidad y otras tantas de alejarse de la infelicidad. Y en esto último se esconde uno de los pasos más importantes: detectar qué te está haciendo infeliz.

Si quieres salir de aquí con dos consejos claros, directos y que funcionan toma nota:

  1. Toma la decisión y la determinación de conseguir ser feliz.
  2. Detecta qué te ha hecho infeliz en el pasado y qué te hace infeliz ahora.

A partir de aquí no te costará demasiado pensar en tus siguientes pasos. Esto no quiere decir que no vayas a equivocarte pero tus equivocaciones serán más «admisibles» porque apuntarán hacia el fin más importante del ser humano: ser feliz.

Ojalá comiences ya mismo tu camino hacia al felicidad.

Muchas gracias por tu pregunta.

FUERZA Y PAZ.

 

ENVÍAME TU PREGUNTA A JOANGALLARDOPT@GMAIL.COM


 

¿Qué tienen de malo los libros de autoayuda?

Por partes, intentando encontrar la verdad (y por lo tanto, lo falso o no verdadero) de esta cuestión.

1- No todos los libros de autoayuda son iguales. Los hay geniales y los hay que son una porquería. Como en todos los géneros literarios. Entonces, desde aquí, ya no podremos generalizar más. Tendremos que decir que algunos libros de autoayuda son «malos», pero no todos. Gustarán más o menos, pero ahí quedará la distinción.

2- Respetando unos mínimos de calidad en cuanto redacción, gramática, estilo, sintaxis, etc, tampoco podemos establecer objetivamente una línea clara que divida libros «buenos» de otros «malos». A mí una obra de autoayuda X puede parecerme una porquería y a otra persona una maravilla.

3- En el caso de este género literario, lo que separaría una obra buena de una mala, en mi opinión, es si ofrece al lector la ayuda que promete o no. Si la ayuda es practicable y aplicable o no. Si en realidad puedes sacar un provecho del libro o no.

Ahora, yendo a la esencia de la pregunta (y a su intención), te daré mi opinión personal:

1- Aunque el género de la autoayuda no está entre mis favoritos tengo que decirte que he leído auténticas joyas en él, muchas. Que una persona no vaya a tener acceso a estos libros solo porque el mismo género está «maldito» o porque teme que alguien se ría de él o le juzgue me parece triste y lamentable.

2- En efecto, hay muchísima basura en las estanterías de autoayuda, como la hay también en la novela, la filosofía o el periodismo deportivo, por ejemplo.

3-No me gusta nada ese «clasismo» hacia los libros de autoayuda. Sobre todo siendo este un género que ha ayudado a millones de personas a solucionar alguna cuestión importante en sus vidas. ¿Qué hacemos pues? ¿Reírnos de ellas porque han sido «ayudadas» por un libro de (supuesta) mierda? No lo entiendo.

4- No todo el mundo puede coger obras complejas y entenderlas. De nuevo, un clasismo estúpido aparece. Dale a alguien sin experiencia como lector «Crítica de la razón práctica»y, siendo una obra fundamental y maravillosa, no podrá entender ni un 15% de la misma. Aquél que disfruta intelectualmente obras difíciles debería mostrar también la suficiente inteligencia como para no mofarse de quienes necesitan obras más ligeras y accesibles.

5- Relacionado con el punto anterior: muchas personas empiezan por los libros de autoayuda y, poco a poco, terminan leyendo otros géneros más profundos y complejos. Este género puede servir de abrelatas a otros autores más avanzados. Por ejemplo, yo me he leído casi todo de Carl Gustav Jung gracias a Wayne W. Dyer. Con toda probabilidad, sin Dyer no habría llegado a Jung. Y como yo, miles.

6- Por lo que a mí respecta: si un libro de autoayuda AYUDA DE VERDAD a una sola persona… ya merece todo mi respeto tanto el autor como, sobre todo, el lector que ha sido ayudado. Punto.

Espero haberme explicado y haberte respondido. Espero, de paso, haber conseguido quitar este absurdo complejo al lector de mi blog. Mira, he leído cientos de libros, un par de miles diría, y sigo encontrando de vez en cuando cosas buenas en libros de autoayuda. Me da igual lo que piensen los demás, seguiré buscando buenas obras, se llame como se llame el género literario.

FUERZA Y PAZ.

ENVÍAME TU PREGUNTA A JOANGALLARDOPT@GMAIL.COM


 

¿5 libros que no suelas recomendar a menudo?

Me encanta esta. Venga va, aquí tienes 5 libros que no suelo recomendar porque tratan sobre temas que no toco casi nunca. Son curiosos y una maravilla.

1- Empezamos por «Dios existe», de Antony Flew. Libro de filosofía «profunda» (no sé cómo llamar a esta bestialidad de desarrollo) sobre la posible existencia de Dios y su argumentación. Además Flew fue, durante 50 años, el referente filosófico del ateísmo… tremendamente interesante. Aunque difícil. Aviso.

2- «Amor y voluntad», de Rollo May. El por qué de una sociedad «esquizoide». De cabeza hacia la apatía y como una re-concepción del amor y la voluntad puede devolvernos a un estado positivo tanto como individuos como sociedad.

3- «Miscelánea original de Schott». Una preciosidad de libro lleno de información curiosa pero inútil. Datos triviales y curiosos. Sin más. Muy especial. Hay que tenerlo, es fantásticamente único.

4- «Cuentos imprescindibles», de Anton Chéjov. No sé si se puede escribir mejor. Una maravilla inmortal. Una selección muy amplia y acertada de sus cuentos. Atención a «El Pabellón nº 6». Alucinante. Si te gusta leer no puedes morir sin haber leído a Chéjov. Punto.

5- «22/11/63», de Stephen King. Con toda seguridad, la mejor novela de King. ¿Qué pasaría si Oswald no hubiese podido asesinar a Kennedy? ¿Cómo sería el mundo hoy?

¡Espero que gusten!

ENVÍAME TU PREGUNTA A JOANGALLARDOPT@GMAIL.COM


Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies