Los buenos amigos no dejan que te cortes el pelo.
Keep the love.
Dentro del sistema hay confort y seguridad. Burda patraña.
Todo hombre debería decidir libremente qué parte del sistema utiliza y cuál no. Y de hecho me atrevo a decir que todo hombre que se precie debería pensar, al menos un par de veces a la semana, en cómo vivir fuera del sistema el mayor tiempo posible responsable y consecuentemente.
El ruido del sistema distrae a cualquiera y evita la súper concentración neuronal necesaria para poder mirarlo de frente y comprender la locura del mismo.
¿Nadie se da cuenta que dentro del sistema no puedes elegir prácticamente nada importante? El truco del diablo es hacer creer que no existe como el truco del sistema es hacerte creer que eres libre.
¿Cómo se puede ser libre dentro de un sistema?
¿Puede ser libre un eslabón dentro de una cadena?
Finalmente cuando ves que el Sistema te ha dado menos de lo que tu has puesto al servicio, uno se limita a quejarse desde dentro del Sistema reclamando lo que se supone «que es tuyo». Es poéticamente irónico y patético.
No hay nada tuyo ni mío salvo la libertad. A menos que mercadees con ella. Entonces la puedes dar por perdida… y perdido.
En todo caso, haced lo que queráis.
PAZ.
Aquellos que partieron me recuerdan que puedo partir pronto yo también.
Aquellos que perdieron la vida y el tiempo me regalaron la sabiduría de la perspectiva.
Aquellos que marcharon me piden que viva fuerte. Ellos me dicen lo que es importante y lo que no.
Ellos son los que hoy dicen «¿y te preocupas de esto? Aún sigues en pie y tu pecho sigue moviéndose».
Perdimos hasta su voz pero los escucho cada día. Al menos lo procuro. Necio sería si lanzara a las sombras su regalo. Su punzantemente bello presente. El que vive en mi presente.
Gracias.
PAZ.