No eres tu cuerpo.
Pero ya que tienes ese regalo sagrado de Dios:
Úsalo con todo el amor y pasión que puedas.
Respeta ese templo divino que guarda tu espíritu.
Diviértete.
El conocimiento siempre te está esperando. Las lecciones y maestros hoy en día superan al número de alumnos, por desgracia. Por triste desgracia. Lo único que tienes que hacer es salir a buscar. No te separa ninguna otra cosa que la búsqueda. El auto-aprendizaje y el autodidactismo son tan grandes que abarcarán siempre tu sed de conocimientos. En ese oasis siempre hay agua. Pruébalo.
Sin límites y sin normas al respecto.
El corto más bonito y tierno que haya visto en mi vida. «Padre e Hija» sobrevivirá siempre a idiomas, culturas y elementos coyunturales infinitos pues simplemente muestra el amor en su formato más puro. «Sólo» es la historia de despedida entre un padre y su hija y los sentimientos que se generan desde ahí. Con supremo sobrecogimiento. 8 minutos para remover un poco el alma.
Intenta no llorar. Si puedes. O mejor aún: LLORA.
He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos. El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea tan importante. Los hombres han olvidado esta verdad. Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa…
Como amo lo que hago y lo que hago me ama pues no necesito motivación. Sólo amor.
A mi mano derecha llevo el amor. A la izquierda gratitud.
No puedo fallar en nada porque el amor nunca yerra.
Tranquilo y en paz soy más fuerte de lo que haya sido jamás.
Para la curiosidad del personal hay 110kilos. 😉
Creo que no podía empezar esta nueva sección con otra cosa que no fuera esta. La película «El Cambio», de Wayne Dyer. Recuerdo verla muchos años después de haber leído algunos de los libros de Dyer. Como si por algún motivo se hubiera escondido esperando el momento perfecto para que nos encontráramos. Fue un día después del nacimiento de mi hija Cleo. Fui a casa a ducharme y a descansar un rato. No podía dormir de la emoción y puse youtube en la Smart TV de la habitación y ahí estaba en primera posición, en la primera fila de las «recomendaciones».
Pensé «¿Cómo demonios no sabía de esto?». La vi entera y fue mucho mejor que cualquier descanso. Fue como un despertar. Recuerdo la ligereza de mi ser durante el tiempo que duró la película y los días posteriores. Cada secuencia me inspiraba más que la anterior y el momento culmen llegó con Wayne Dyer explicando «La Muerte de Ivan Ilich» de Leon Tolstoi y cómo llegó a autoescribirse una nota que decía «Querido Wayne, no te mueras con la música dentro de ti«.
No sé qué más decir, simplemente reservad dos horas para su visionado. Porque sencillamente, si es vuestro momento, merecerá más la pena que cualquier otra cosa que podáis hacer ahora.
DISFRUTAD.
El concepto de «ser fuerte» está sobrevalorado y desvirtuado. Tal y como se entiende hoy ese concepto se encuentra directamente relacionado con un estado de alerta, defensa y ataque ante los problemas y el sufrimiento. Así pues «ser fuerte» me parece agotador.
No puedes recoger una flor con el puño apretado.
Prefiero vivir suave que fuerte.
Nunca, nunca, nunca estarás tan cerca del éxito como cuando tocas fondo. Sólo en la más desoladora oscuridad y con la mierda rezumando por tu epidermis puedes identificar sin error cualquier atisbo de luz. Si eres capaz de mantener la calma en tal situación y aceptas ese momento presente sin interferir, la oportunidad se hará cuerpo y carne. Recuérdalo cuando ese episodio llegue, que llegará.
Nunca te tomes a pecho el odio que puedan tenerte. En el fondo no te odian a ti sinó a ellos mismos.
Y más aún cuando no te conocen.
El odio siempre va unido al miedo. Y la única forma que tiene alguien de ejercer ese miedo es odiando.
Nunca contraataques. Perdónalos en silencio. Un día serás el maestro que reparará, sin hacer nada, esa locura.